domingo, 7 de julio de 2024

Ángeles negros.

Los hombres que a mí me gustan no saben llorar, pero aquel tipo me había impactado de tal forma que tuve que darle otra oportunidad.

Había recibido la peor de las palizas sin rechistar, pero no pudo contener una furtiva lagrimita al recibir una patada entre las piernas. Era la prueba de fuego para entrar en la banda.

Quien aguantaba sin derramar una lágrima pasaba a formar parte de mi círculo personal.

Aquel hombre había pasado a formar parte de la banda de moteros Ángeles Negros, de la que yo soy la jefa.

M. D. Alvarez 

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