Estas luminarias fueron cinco aguerridos pastores que prefirieron morir a entregar el ganado de su padre.
Su padre, el rey Nicomedres, lloró amargamente la muerte de sus cinco hijos e imploró a los dioses que pudiera verlos cada noche, aunque fuera en sueños.
Zeus se apiadó de él y le concedió poder verlos cada noche en el firmamento estrellado.
Cuentan que a partir de aquella noche brillan cinco estrellas rutilantes que un día fueron pastores y se alzaron al cielo por el poder del padre de los dioses.
M. D. Alvarez
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