martes, 16 de diciembre de 2025

Controlándose.

Como desde los noventa, pienso en aquellas clases de control de la ira. Estaba más calmado y paciente con sus amigos. Las noches de juerga eran más sosegadas; había aprendido a controlar sus impulsos. 

Solo ella lograba ponerlo nervioso: su forma de mirarlo y de arremolinar su cabello lo excitaban. Hasta aquella noche, que ella lo retuvo, susurrándole lo que le iba a hacer esa noche. 

Suspiró; profundamente la deseaba desde hacía tiempo. Esa noche, ella lo amaría con cuidado, y sabía que debía tratarlo con dulzura si no quería que perdiera los nervios. Sería una noche memorable si lograba controlarse; ella lo ayudaría con calma.

M. D.  Álvarez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario