miércoles, 28 de febrero de 2024

Programa de reinserción. (Versión mejorada)

Se durmió soñando que él también podía volar como Superman. A la mañana siguiente lo intentó, cogió carrerilla y se lanzó desde el primer piso.

El impulso de sus sueños lo llevó al borde de la realidad, y con valentía, se arrojó al vacío. Pero en lugar de volar, sus huesos se estrellaron contra la dura tierra. El dolor fue inmenso, y su orgullo quedó hecho añicos.

Ya nunca más se creería nada de lo que le dijera el señor de la bata blanca que aparecía en la televisión. Las promesas de curas milagrosas y soluciones fáciles se desvanecieron como humo. La realidad Se durmió soñando que él también podía volar como Superman. A la mañana siguiente lo intentó, cogió carrerilla y se lanzó desde el primer piso.

El impulso de sus sueños lo llevó al borde de la realidad, y con valentía, se arrojó al vacío. Pero en lugar de volar, sus huesos se estrellaron contra la dura tierra. El dolor fue inmenso, y su orgullo quedó hecho añicos.

Ya nunca más se creería nada de lo que le dijera el señor de la bata blanca que aparecía en la televisión.Las promesas de curas milagrosas y soluciones fáciles se desvanecieron como humo. La realidad era más terca que cualquier fantasía.

Pero la vida es una maestra persistente. Al día siguiente, en lugar del caballero de la bata blanca, apareció una enfermera despampanante. Sus ojos brillaban con compasión y su sonrisa era un bálsamo para su alma herida.

Eres el rey del mambo," le dijo con voz suave. Y en ese momento, en medio de vendajes y analgésicos, él sintió que quizás, solo quizás, la realidad también podía ser un sueño hermoso

Así que, con sus huesos rotos y su amor propio maltrecho, decidió creer en las palabras de la enfermera. Porque a veces, incluso cuando caemos, hay alguien dispuesto a levantarnos y hacernos sentir como reyes, aunque sea por un instante. 

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