martes, 27 de febrero de 2024

Corazón roto.

Ella permanecía allí, su corazón hecho añicos, anhelando que sus lágrimas pasaran desapercibidas. El dolor, como un cuchillo afilado, le atravesaba el alma. Pero esta vez, juró que sería la última decepción. No permitiría que nadie más jugara con sus sentimientos. Si alguien se acercaba con intenciones ajenas a lo que ella sentía, lo fulminaría con la mirada. No estaba dispuesta a sufrir de nuevo. 
M D Alvarez 

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