jueves, 25 de abril de 2013

El empecinado:



El pie izquierdo no me quiere hacer caso. Por mucho que yo quiera ir hacia un lado, él se empecina en llevarme a otro lado El problema se agravó en el coche, lo arranque y nada más hacerlo, pisó el acelerador a fondo, empotrándome contra un pilar de hormigón rompiéndome muchos huesos, salvo los de mi pie izquierdo.

Postrado en el hospital, no me deja descansar da saltos de alegría. El condenado parece encantado con haberme  destruido.

©M. D. Álvarez

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