viernes, 5 de abril de 2013

Disolviéndome.



            Estaba en un banco y oyendo música en mi MP3. Me invade una agradable sensación, con el sol dándome en el rostro y a 6º de temperatura, se agradece el calor de la parca que llevo.

            Siento que estoy desapareciendo, como si mis moléculas se dispersaran en los tenues rayos de este sol tan débil. Noto como me voy diluyendo y el mismo sol que me daba, comienza a evaporarme. Emprendo el viaje hacia arriba como una entre un millón de partículas de agua, en un viaje cíclico. De mi solo queda la ropa y el MP3. No dejo a nadie atrás.

© M. D. Álvarez

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