viernes, 5 de abril de 2013

Dulce licor.



Él, lleno de ardor y desprecio, pensaba en el final. Un final que ella no se esperaba, pensaba que había encontrado a su príncipe azul.

Él, la llevo a un reservado donde la invito a unas copitas de absenta. A él le gustaba el sabor que le daba a la sangre. Y espero a que ella cayera rendida sobre el diván, donde sin perder tiempo la mordió y succionó toda su sangre.

Sintió como una oleada de excitación que le acompañó desde al primer sorbo, hasta que ya no le quedó ni gota.

En cuanto acabo sintió la ansia de seguir bebiendo y volvió a la fiesta a por mas.

M. D. Alvarez 

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