No podía dormir y sabía por qué
aunque no quería reconocerlo. Estaba cansada de oír siempre lo mismo:
“Tienes que acostarte temprano y
dormir ocho horas seguidas. Si no, vendrá el hombre del saco y te llevará”.
Tantas veces me lo dijeron que me
pasé todas las noches en vela, para ver si era verdad. No os lo imaginaréis. ¡Y
tanto que era verdad! En una de esas noches oí ruidos en mi habitación. Era él,
el hombre del saco que venía a por mí. No sé que ocurrió después porque del
cansancio acumulado me quedé dormida.
© M. D. Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario