Tenían que arreglárselas ellos solos. Se enfrentó a aquel bruto dándole una soberana bofetada, lo que enfureció a aquel animal. Sus amigos la rodearon, protegiéndola; sabían que si le hacían daño, la venganza de su compañero sería espantosa.
Algo había cambiado: el aire era más pesado y denso, era como si se hubiera abierto un portal tras ellos. Efectivamente, un portal multidimensional se acababa de abrir, y a través de él surgió una figura que ella reconoció al instante. La niebla lo cubrió todo.
Cuando él apareció, ella lo presintió. A pesar de sus heridas, había creado un portal y atravesado, jalonando a la bestia con un solo brazo. La estampó contra el suelo, sujetándola con la rodilla. Se agachó y le dijo:
- Si vuelves a meterte con mis amigos, vas a conseguir que me cabree, y créeme, no te gustaría verme cabreado.
M. D. Álvarez
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