miércoles, 3 de septiembre de 2025

¿Rechazo?

Su cama era la más grande, por lo que pudiera pasar. No había una noche en la que no cayera una belleza en sus brazos; era cálido y servicial. Solo hubo una noche en la que lo rechazaron, y aquello cayó como una bomba nuclear sobre su ego.

Aunque aquella belleza le dijo: —No eres tú, soy yo", y besó apasionadamente a su amiga, que se la comía con la mirada. Aquello alivió algo su ego y recordó que había alguien muy especial a quien siempre miraba de la misma forma que aquel bombón estaba mirando a su conquista fallida.

Cogió su Harley y salió a toda pastilla en dirección a la casa de la única  que se le había resistido. Compró un ramo de rosas blancas y se plantó frente a su puerta; estaba seguro de que ella lo miraba con ojos devoradores.

Llamó al timbre y espetó: "Vaya, por fin te decides. ¿No será que te han rechazado a ti, el inigualable Adler?" dijo ella, sorprendida pero con aquella mirada que lo taladraba. Se quedó helado; tras ella había un maromo que parecía un armario ropero.

"Si molesto, me voy", dijo visiblemente alterado.  

Pero ella aún se lo seguía comiendo con la mirada y dijo: "Espera un momento" y cerró la puerta. Dentro, ella despachó al individuo con pinta de estivador, como cajas desempleadas. 

Este, al salir, le espetó: "¡Ábrase visto! Este mequetrefe me ha chafado la noche."

M. D. Álvarez 

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