Las cuatro de la mañana y aún no
había podido cerrar ojo. Me di la vuelta en la cama y la vi por primera vez.
Era la criatura más hermosa que he tenido delante en lo que llevo de vida.
Pero ¿qué hacía en mi cama? Fue
entonces cuando me di cuenta:
¡Si esta no es mi cama!
El como había llegado hasta allí
era un misterio. No recordaba haber bebido ni una gota de alcohol pero ¡vaya
usted a saber! Eso de la memoria es un autentico enigma.
Ella se dio la vuelta y me
acarició la mejilla diciéndome: ¿Qué tal has dormido? – Con su sonrisa picarona
y mostrándome un pedazo de sortija parecía una inocente niña de 10 años
Caí en la cuenta. Me había ido de
vacaciones a las Vegas y en una noche loca de juerga me había casado.
Pero no importaba ya que era la
mujer más extraordinaria y estaba casada
conmigo.¡¡Al menos de momento!! Ya veremos si sigo pensando lo mismo cuando la
conozca mejor…
© M. D. Álvarez
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