viernes, 3 de enero de 2014

Prados Soleados.

La mujer que iba en el coche a mi lado, me resultaba vagamente familiar.

-¿No la he visto antes? –Preguntó dubitativo.

- Papá, soy tu hija. Respondió cariñosamente.

-Si… mi hija. Repitió pensativo.

Al cabo de media hora  volvió a preguntar: - ¿De qué nos conocemos?

- Soy Angelica, tu hija.  – Reiteró amorosamente.

- ¿Y a dónde vamos?

- A un lugar muy bonito. - Dijo ella, tratando de ocultar una furtiva lágrima, mientras al fondo aparecía el cartel de la Residencia Prados Soleados. Le había hablado muy bien de aquel geriátrico especializado en pacientes con Alzheimer.


© M. D. Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario