Su conciencia no podría soportarlo y por mucho que lo intentaba ahí estaba ella cuál Pepito Grillo, diciéndole: ¡No lo hagas!
Pero el bol lleno de ositos de gominola, seguía llamándole, al igual que su conciencia que seguía erre que erre.
Estaba comenzando a mosquearse con ella y recurrió al personaje de color rojo, con cuernos y cola, que le dijo:
¡Adelante, que no pasa nada! - Mientras empujaba a su conciencia que se retiraba vencida.
M. D. Alvarez.
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