Ya terminé con mi lado luminoso.
Vais a ver mi otro lado, mi parte oscura.
Como buen géminis que soy estoy sujeta a una pauta. Mi dualidad.
Cuando muere una, renace la otra
y viceversa. Ahora le toca a mi parte salvaje y sanguinaria.
No recuerdo cómo comenzó el ciclo
ni como acabará pero lo que si sé seguro es que después de mi noche siempre
vendrá la mañana para curar las heridas
de mi gemelo cruel y sanguinario.
Géminis es mi nombre y así me
conoceréis.
©M. D. Álvarez
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