Parece ser que el puesto de registrador requiere unas dotes muy especiales que los que han sido niños no tienen. Léase dotes de autoridad, conversación, malicia y unas dosis de muy mala leche.
Así que, ¡abstenerse! los que hayan sido niños.
Curiosamente, el día del examen acudieron miles de **infancias truncadas**.
M D Alvarez
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