Relatos

lunes, 8 de diciembre de 2025

Nuevos comienzos

Adoraba ponerse a prueba en la piscina olímpica. Todos los días, se hacía doscientos largos en un tiempo récord y salía de un salto frente a ella, empapándola con un abrazo de oso. Ella trataba de zafarse sin resistirse mucho; adoraba a su compañero y, después de lo que él había pasado, le gustaba verlo feliz.

Era hora de pasar página y dejar partir a los amigos caídos en el océano. Si hubiera sido más rápido, quizás no los habría perdido. Ella detectó un aire de tristeza en su mirada..

—¿Qué ocurre? —preguntó ella, comprendiendo la sombra de su mirada.

—Nada, he tenido un recuerdo de ella el último día, cuando todo se hundía a nuestro alrededor. Me dijo que, si no salía de allí, debía seguir con mi vida y conocer a una bella joven que me quisiera; ella no quería que me torturara. Ahora, al verte, he comprendido que ella te puso en mi camino por un motivo —dijo él, con la mirada perdida en el infinito.

—¿Y qué motivo es ese? —preguntó ella, sabiendo de antemano la respuesta.

—Deseaba que fueras feliz, y contigo lo soy —dijo, acercándose y envolviéndola con otro gran abrazo de oso.

M. D. Álvarez

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