Relatos

lunes, 22 de diciembre de 2025

La luz del nuevo tiempo.

Aquellos majestuosos picos encerraban un gran misterio; en su base se alojaba un ser milenario que era el responsable de reiniciar el nuevo universo. Cada trillón de años, era despertado por los dolores convulsos de su amada. 

Él debía preparar el nuevo orden, haciendo desaparecer el antiguo de un plumazo. Desintegraba cosmos y universos adyacentes para dejar tan solo una vasta oscuridad, iluminada únicamente por su amada y un pequeño lecho de un hermoso pastor azul. 

Él volvía tras preparar el camino para la nueva criatura que su amada diosa llevaba gestando desde que yació con él, en el albor de la creación extinta. Los dolores eran atroces, pero él la colmaba de atenciones y mimos. 

Cuando tuvo a su vástago en sus grandes y fuertes brazos, lo alzó, presentándolo a la oscuridad. El pequeño comenzó a desprender una luz suave que fue incrementándose. 

Su padre lo entregó a su amorosa madre, que lo amamantó, pues el pequeño debía crecer rápido y fuerte, dando comienzo al nuevo tiempo.

M. D. Álvarez 

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