Relatos

viernes, 5 de diciembre de 2025

Golok frente a navaja.

Debía espabilar si quería que aquellos gamberros no tocaran a su novia. Lo tenían sujeto entre dos, pero se deshizo de ellos fácilmente. Se dirigió con toda su furia mal contenida contra aquellos agresores. Ella se defendía con valor, pero al verlo aparecer, les dijo: "Os aconsejo que huyáis si queréis salvar la vida".

—Pero si solo es uno y nosotros somos cuatro —dijo él, más gallito, sacando una navaja de 15 centímetros.

—¿Y tú crees que él se va a arredrar con eso? —dijo la joven, soltando una carcajada.

En ese preciso instante, él desenvainó su machete golok y se plantó delante del gallito, que al ver el tamaño del machete y mirar su navaja, no mantuvo la compostura y salió huyendo junto con sus tres secuaces.

—Se ve que no tienen huevos —dijo él, grandote, hacia ella, que radiante lo observaba.

—Te invito a comer —dijo ella con dulzura.

M. D. Álvarez 

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